EFECTOS DEL CONFINAMIENTO EN LOS NIÑOS
Esta entrada, creada por los fisioterapeutas, está dirigida a los papás y mamás.
Ya llevamos más de un mes es estado de alarma, y todos nos preguntamos por los efectos que puede tener esta situación de confinamiento en nuestros hijos y en nosotros mismos, pues está afectando a las familias y a la sociedad en general.
Hemos asistido a una conferencia virtual en la que varios fisioterapeutas pediátricos debatían sobre esto, y queremos transmitiros algunas ideas.
En primer lugar, el mayor impacto que puede tener el confinamiento en los niños es el cambio de la rutina habitual, con el resultado de una disminución de la actividad física. Los niños han pasado de una actividad más o menos intensa (desplazamiento al colegio, clases, recreo, actividades extraescolares, juegos en el parque, deportes...etc.) a una situación de confinamiento más o menos dura dependiendo de las características de la vivienda o de su entorno cercano.
Este cambio en la actividad física, puede tener unas consecuencias a nivel músculo-esquelético, como podrían ser pérdida de masa muscular, de densidad ósea, fatiga… Pero tranquilos, no hay evidencia científica de que esto vaya a pasar, y en todo caso, no se podrá valorar hasta después del confinamiento. Mientras tanto, y por si acaso, la única forma que tenemos de evitarlo es realizar actividad física.
Si la actividad física es importante, en esta situación no deja de serlo. Os lanzamos unas recomendaciones:
- Dedicar un espacio de tiempo cada día a la actividad física, para que forme parte de la rutina diaria.
- Adaptar las actividades para poder hacerlas dentro de casa: desde el colegio os han dado muchas propuestas, y en internet podéis encontrar muchísimas más. Buscad las que más les gusten a vuestros hijos y a vosotros mismos. La actividad en familia es más divertida.
- Limitad el tiempo de pantallas (televisión, móviles, tablets…) y utilizarlas de forma distinta: clases de gimnasia on line, bailes, videoconferencias con la familia y amigos…
- Las tareas domésticas son una fuente muy rica de actividad: aprovechadlas. Seguro que hay muchas que vuestros hijos pueden hacer.
- Cread circuitos con obstáculos por los pasillos o por las distintas habitaciones con las cosas que tengáis por casa. Y al terminar, ¡a recoger cada cosa a su sitio!
- Jugad en el suelo: Sentados en distintas posturas, tumbados, rodando, gateando...es mucho más útil de lo que parece.
- Si tenéis bipedestador en casa, ¡usadlo! El rato de bipe equivale a un ejercicio físico, pues la musculatura se está activando a tope.
Otro de los efectos del confinamiento es el factor socio-emocional. Según la Academia Europea de Niños con Discapacidad, lo que más afecta a los niños es la falta de relaciones sociales, el no encontrarse con otros niños, con los compañeros del colegio… Y también hay que tener en cuenta que a veces no comprenden la situación o no saben interpretarla
Unas estrategias para minimizar este impacto pueden ser:
- Mantener la mayor estabilidad en las necesidades básicas de sueño y alimentación.
- Mantener un horario y unas rutinas diarias, creando en entorno seguro y predecible. Alternar tiempo de ocio, de actividades escolares, de actividades de colaboración familias.
- Mantener el contacto social, con amigos y familiares, a través de teléfono, videollamadas…
- Tener en cuenta los aspectos positivos de esta situación: más tiempo de ocio, mayor convivencia familiar, con padres y hermanos…
El papel de las familias
A todo esto se suma la angustia por la situación, el miedo por la repercusión que pueda tener en nuestra familia, la incertidumbre por lo que puede pasar...
Efectos en los niños con mayor afectación motriz:
Los padres y madres de niños con discapacidad, añaden el temor a no saber dar la atención adecuada que requieren sus hijos, a que pierdan sus adquisiciones…
Por un lado, el auge de la evidencia científica ha desbancado técnicas, terapias y actuaciones que, aunque se han llevado a cabo durante mucho tiempo, no han demostrado ser eficaces, sustituyéndolas por las que demuestran que sí que tienen un impacto positivo en el desarrollo de los niños. De esta forma se ha impuesto el trabajo basado en rutinas, más funcional, el practicar actividades y tareas en la vida real y en entornos naturales, mediante movimientos activos, generados por el niño por su propia motivación.
Por otro lado, la CIF, la Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud, nos ha ayudado a entender mejor la discapacidad, y a dar más importancia al entorno natural de cada niño. La CIF da a la familia un valor fundamental, pues constituye un factor ambiental primordial en el funcionamiento del niño.
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